Descalcificación ósea para histología
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Descalcificación: El aparato locomotor, formado por los huesos y las articulaciones, es el armazón de nuestro cuerpo, en el que están anclados nuestros músculos, con cuya ayuda podemos desplazarnos y realizar tareas que serían imposibles si no fuera por la flexibilidad de nuestras articulaciones y su amplia gama de movimientos. El calcio, el fósforo, la vitamina D y una serie de factores hormonales, dietéticos y emocionales desempeñan un papel fundamental en la integridad del aparato locomotor.
El delicado desequilibrio entre estos factores permite que muchas cosas vayan mal en este sistema, por ejemplo, una deficiencia de calcio hará que toda la matriz del hueso se debilite, o una deficiencia en la relación/producto Ca:P puede provocar la desmineralización del hueso. En circunstancias normales, si nos atenemos a las normas de la Naturaleza, este sistema funciona eficazmente y nos permite realizar las tareas de nuestra vida con la mayor facilidad.
El hueso es un complejo de tejidos vivos, que incluye fibra proteica resistente y colágeno. El hueso tiene altos niveles de mineralización de calcio, y en menor medida de magnesio, y como la mayor parte de nuestro cuerpo es continuamente reemplazado y reconstruido por un proceso que a veces se denomina “remodelación”. La deposición ósea (construcción) y la reabsorción ósea (desintegración) se producen simultáneamente, por lo que el hueso se encuentra en un estado perpetuo de desintegración y reconstrucción.
Qué es la descalcificación
La descalcificación ósea es el reblandecimiento de los huesos debido a la eliminación de los iones de calcio, y puede realizarse como técnica histológica para estudiar los huesos y extraer el ADN.[1][2] Este proceso también se produce de forma natural durante el desarrollo y el crecimiento de los huesos, y cuando no se inhibe, puede causar enfermedades como la osteomalacia.[3]
Dado que los huesos ricos en calcio son muy difíciles de estudiar, los científicos utilizan la descalcificación ósea para disponer de especímenes para sus investigaciones[4]. Por ejemplo, la descalcificación ósea se ha utilizado para examinar los niveles de cartílago y magnesio con el fin de comprender el deterioro de los huesos[1] Existen dos categorías de agentes descalcificadores para eliminar los iones de calcio: los agentes quelantes y los ácidos. Los ácidos se dividen a su vez en débiles (ácido pícrico, acético y fórmico) y fuertes (ácido nítrico y clorhídrico). Los ácidos ayudan a producir una solución de iones de calcio, mientras que los agentes quelantes absorben los iones de calcio. El agente quelante más utilizado es el ácido etilendiaminotetraacético (EDTA). La descalcificación es un procedimiento largo, ya que los trozos de hueso deben dejarse en el agente descalcificador durante días o semanas, dependiendo del tamaño del hueso. Existen numerosos métodos para comprobar cuándo se ha completado la descalcificación del hueso, como el examen radiográfico, el análisis químico y la medición de la flexibilidad de la muestra. La descalcificación es necesaria para obtener secciones blandas del hueso utilizando un microtomo. Todas las secciones finas del hueso que se cortan pueden procesarse (véase el procesamiento de tejidos) como cualquier otro tejido blando del cuerpo.
Procedimiento de descalcificación ósea
Los diagnósticos moleculares se están convirtiendo rápidamente en parte del estándar de atención a los pacientes con cáncer. Este enfoque basado en biomarcadores sirve para seleccionar a los pacientes que probablemente se beneficien de regímenes de tratamiento dirigidos y ayuda potencialmente a su inclusión en los ensayos clínicos adecuados.
El hueso es un lugar común y ocasionalmente el único sitio de metástasis o de toma de muestras. Sin embargo, las biopsias óseas presentan un desafío único para el diagnóstico molecular, ya que están sujetas a la descalcificación durante el procesamiento rutinario de la histología. Al ser el principal tejido conectivo estructural y de soporte, el hueso es duro y rígido. La inclusión de minerales en su matriz osteoide le confiere fuerza y rigidez. El tejido óseo está formado por tres componentes principales: minerales o componente cristalino (70%), matriz orgánica extracelular o colágeno flexible (30%) y células de la médula. El componente cristalino del hueso está compuesto principalmente por calcio, que interfiere en el proceso histológico normal e impide la sección normal de los bloques. El objetivo de la descalcificación es eliminar el calcio inorgánico de los tejidos calcificados y hacer que el hueso sea flexible y fácil de cortar para la evaluación patológica.
Síntomas de descalcificación ósea
Cualquier tejido que contenga hueso, dientes o calcificaciones debe estar TOTALMENTE FIJADO antes de la descalcificación. La descalcificación debe realizarse de tal manera que el tejido pueda ser seccionado en la sala de gruesos con una cuchilla y/o en histología con un micrótomo. Los fragmentos óseos escasos (como en los márgenes de la médula) pueden congelarse en fresco (sin descalcificación) siempre que sean pequeños y puedan cortarse con el criostato. Los materiales no orgánicos como el cemento óseo, los empastes dentales o los metales NO se descalcifican y NO deben presentarse en cassettes.
Cualquier tejido duro para el que puedan necesitarse pruebas moleculares (NGS, FISH, etc.) NO debe descalcificarse en ácido (HCl). Debe descalcificarse con un descalcificador suave (EDTA). Por favor, pregunte a un AP si necesita EDTA.